Mucha desinformación y tabúes envuelven cada etapa de la menstruación, en especial la del climaterio. Acá, claves para aprender a disfrutar ese estado que ocupa casi un tercio de nuestras vidas.
Los tabúes menstruales no son una novedad. Si estás leyendo esta nota y menstruaste alguna vez, el tabú de sangrar seguro te es familiar y posiblemente te acompañó toda una vida: desde la menarca -primera menstruación- hasta la menopausia -fecha del último período-. Menstruar nos ha condicionado, de alguna manera, la vida.
Pero como lo que condiciona no determina, muchas han sido las luchas para impulsar el cambio sociocultural en relación al período y el esfuerzo empieza a ver su fruto: la gestión menstrual está entrando en agenda y, como todo cambio requiere la mayoría de las veces primero, de información, segundo, de una revisión profunda de construcciones y creencias muy arraigadas.
Es lo que pasa con la “mal llamada menopausia”: la desinformación + la asociación histórica entre la mujer y su rol reproductivo = “activo” en la sociedad, resultaron en la invisibilidad de toda una etapa y nos trajeron hasta acá.
La menopausia hoy
Hagamos el ejercicio de preguntarle a quienes nos rodean ¿qué sabes de la menopausia? Sin ánimos de generalizar, es probable que encontremos al menos una respuesta en común: las mujeres dejan de menstruar. Como si el ciclo menstrual se interrumpiera de la noche a la mañana.
Y si seguimos profundizando en esas respuestas, van a aparecer todas las imágenes que asociamos al final de la menstruación: arrugas, pelo blanco, vejez… solo por nombrar algunas.
Volviendo a la pregunta inicial, tenemos un primer escenario que es lo que venimos advirtiendo desde No Pausa: la desinformación que sigue reduciendo una etapa vital del ciclo menstrual (el climaterio) a un solo día de nuestra vida (la menopausia).
Para entender esta última afirmación vamos a tenemos que explicar una cuestión técnica y fundamental. Hablar de menopausia es como decirle vagina a la vulva. Un error común y que se ha transmitido en el tiempo tanto en la educación informal como formal. Resulta que técnicamente, la menopausia es solo el fin de la menstruación y lo interesante es que -como la menarca- es un solo día en la vida de las personas que menstruamos.
De hecho, nos enteramos de que estuvimos menopáusicas 12 meses después de la fecha de esa última menstruación. Exacto, es necesario esperar un año para confirmar el “fin de la vida reproductiva”.
¿Y qué causa este reduccionismo? Que continuemos sin darle a esta etapa la dimensión que corresponde, su ausencia en lo que podemos llamar nuestra “biografía menstrual”. Así es, nuestra biografía menstrual va cambiando a lo largo de la vida y está dividida en momentos marcados y fácilmente identificables. Y entre ellos también está el climaterio.
Nuestra “biografía menstrual”
La primera etapa se inicia con la menarca o primera menstruación. Suele situarse hacia los 11 o 12 años (¡ojo! diferentes estudios señalan que la primera regla se está adelantando por cambios en el estilo de vida) y está marcado por los famosos signos de la pubertad: crecimiento de mamas, del vello púbico, de las axilas, aumento de la estatura, etc.
Nuestro sistema suele alcanzar su madurez alrededor de los 18-19 años dando inicio a la segunda etapa de nuestro ciclar. Para la mayoría -que no tenga ninguna patología de alteración hormonal, ovarios poliquísticos, etc.- los períodos empiezan a mantener cierta estabilidad o regularidad.
Aunque no es una etapa y depende de la decisión de cada persona, también sentimos cambios significativos durante el embarazo. E, independientemente de si elegimos o no gestar, a partir de los 45 años vamos a adentrarnos en la tercera etapa: el climaterio.
Este es un período de transición en la vida de las personas menstruantes del cual casi no se habla y que incluye el antes (premenopausia), el durante (perimenopausia) y el después (postmenopausia) de la menopausia.
Como en la pubertad, el climaterio también nos trae “algunos” cambios importantes a nivel físico y psíquico. Son los no tan conocidos síntomas del climaterio, ¡no, no son solo sofocos e irritabilidad! Ese reduccionismo también continúa perpetuando la invisibilidad de esta tercera etapa. ¡Hay mucho más! Por nombrar solo algunos, durante el climaterio se resecan las mucosas (en especial la vagina y la vulva), cambia la respuesta sexual, aumenta el insomnio, aparecen lagunas mentales y dificultad para concentrarse, etc.
Síntomas similares experimentan también aquellas personas que por diferentes motivos ven afectada su capacidad ovárica antes de los 45 años: sea por insuficiencia ovárica primaria (mal llamada menopausia precoz), menopausia inducida (química o quirúrgica), menopausia por estrés, etc.
La menopausia del mañana
Si llegaron hasta acá es porque algo de todo lo anterior les hizo ruido y las invitó a seguir leyendo. Creemos que es hora de tomar conciencia del reduccionismo y la invisibilidad sobre toda una etapa de transición que tiene su lógica más profunda en la asociación feminidad-menstruación y en el rol histórico/maternal que hemos tenido las mujeres que desarrollar en el marco de una estructura social que nos relega al perder nuestra capacidad reproductiva.
Nos preguntamos… Les preguntamos… ¿Acaso somos mujeres porque menstruamos? ¿Acaso dejar de menstruar nos hace menos mujeres? o peor aún… ¿menos deseadas? ¿menos sexuales? ¿con menos ganas de desear y proyectar?
Aunque el climaterio no sea solo una cuestión de mujeres y el estigma se profundice en otros cuerpos menstruantes aún más invisibilizados, invitamos a repensar la mirada sobre el climaterio/menopausia. Ya es hora de erradicar los mitos y estereotipos opresores y discriminatorios en relación a la madurez femenina. ¡Impulsemos un cambio de mirada sobre un proceso vital y menstrual que abarcará un tercio de nuestras vidas!
Fuente original: Marie Claire