8 de marzo del 2021
Los tabúes menstruales no son una novedad. Si estás leyendo esta nota y menstruaste alguna vez, el estigma de sangrar seguro te es familiar y posiblemente te acompañó toda una vida: desde la menarca- primera menstruación- hasta la menopausia – fecha del último período- ser personas menstruantes nos ha condicionado a vivir con ello.
Pero como lo que condiciona no determina, incansables han sido las luchas históricas para impulsar el cambio sociocultural en relación al período y con mayor o menor éxito en cada una de las sociedades, el esfuerzo empieza a ver su fruto: la gestión menstrual está entrando en agenda y, aunque todavía queda mucho por hacer, el motor está prendido, el cambio en 5ta y la “marcha atrás” ya no es una posibilidad.
Ahora bien, cuando empezamos a levantar alfombras, dejar los eufemismos de lado y nombrar las cosas por su nombre, nos damos cuenta de que lo acumulado es de larga data y requiere la mayoría de las veces primero, de información, segundo, de una revisión profunda de construcciones y creencias muy arraigadas.
Es un poco esto lo que pasa con la “mal llamada menopausia”. Discutir qué fue primero, el huevo o la gallina, no nos llevaría muy lejos pero sí sabemos que la combinación de ambas: la desinformación + la asociación histórica entre la mujer y su rol reproductivo = “activo” en la sociedad, ha resultado en la invisibilidad de toda una etapa y nos trajeron hasta acá.
LA MENOPAUSIA HOY
Si hacemos el ejercicio de preguntar a nuestro entorno, ¿qué sabés sobre menopausia? probablemente encontremos al menos una respuesta común: las mujeres dejan de menstruar. El ciclo menstrual – como de la noche a la mañana- se interrumpe. Nos tropezamos primero con un primer error de tecnicismos médicos (que explicamos más abajo).
Pero si seguimos profundizando en las respuestas, aflorarán también las percepciones en torno al fin de la menstruación. En principio, algo llega a su fin… algo se termina. Y con ese fin aparecen los estereotipos de género y etarios que están ligados directamente al fin de la vida reproductiva: arrugas, pelo blanco, vejez, finitud… por nombrar solo algunos.
Retomando la pregunta inicial, resultará un primer escenario que desde No Pausa ya hemos advertido: la desinformación sobre el tema continúa perpetuando y reduciendo una etapa vital del ciclo menstrual a 1 solo día de nuestras vidas.
Para entender la afirmación anterior e ir reculando juntas, tenemos que explicar una cuestión técnica y fundamental. Hablar de menopausia es como decirle vagina a la vulva. Un error común y que se ha transmitido en el tiempo tanto en la educación informal como formal. Técnicamente, la menopausia es solo el fin de la menstruación y lo interesante es que -como la menarca- es un solo día en la vida de las personas menstruantes. De hecho, nos enteramos de que estuvimos menopáusicxs 12 meses después de la fecha de esa última menstruación. Exacto, es necesario esperar un año para confirmar el “fin de la vida reproductiva”.
LAS ETAPAS DE LA VIDA MENSTRUAL
El climaterio, en cambio, es una etapa. Y para ser más específicas, es una etapa de nuestro ciclo menstrual. Así es, nuestra biografía menstrual va cambiando a lo largo de la vida y está dividida en momentos marcados y fácilmente identificables.
La primera etapa se inicia con la menarca o primera menstruación. Suele situarse hacia los 11 o 12 años (¡ojo! diferentes estudios señalan que la primera regla se está adelantando por cambios en el estilo de vida). Hasta dos años antes del primer período, empezamos a notar cambios en el cuerpo. Son los famosos signos de la pubertad: crecimiento de mamas, del vello púbico, de las axilas, aumento de la estatura, etc. Y es común que en los primeros años después del primer sangrado, el período manifieste irregularidades. Esto sucede porque nuestros ovarios y nuestras hormonas en general están terminando de madurar.
Nuestro sistema suele alcanzar su madurez alrededor de los 18-19 años. Acá damos inicio a la segunda etapa de nuestro ciclar. Para la mayoría – que no tenga ninguna patología de alteración hormonal, ovarios poliquísticos, etc. – los períodos empiezan a mantener cierta estabilidad o regularidad. Aunque, como siempre decimos, ¡cada cuerpo es un cuerpo! por lo que el volumen, la frecuencia y duración es absolutamente variable en cada caso.
Aunque no es propiamente una etapa y depende de la decisión de cada persona, también se producen cambios significativos en el período durante el embarazo (tabúes si los hay). Esta revolución hormonal puede hacer que – finalizados los 9 meses de gestación- aparezcan sangrados muy abundantes en los primeros días.
Independientemente de si elegimos o no gestar, a partir de los 45 años vamos a adentrarnos en la tercera etapa: el climaterio. Este es un período de transición en la vida de las personas menstruantes que incluye el antes (premenopausia), el durante (perimenopausia) y el después (postmenopausia) de la menopausia. Empezaremos a notar primero pequeños desarreglos menstruales, baches amenorreicos, que marcan la transición hacia el cese de la menstruación pero que se prolongarán durante años. De hecho, los períodos empezarán a ser más cortos como resultado de la caída del nivel de ciertas hormonas, en especial del estrógeno.
Como en la pubertad, el climaterio también nos trae “algunos” cambios importantes a nivel físico y psíquico. Son los no tan conocidos síntomas del climaterio, ¡no, no son solo sofocos e irritabilidad! Ese reduccionismo también continúa perpetuando la invisibilidad de esta tercera etapa. ¡Hay mucho más! Por nombrar solo algunos, durante el climaterio se resecan las mucosas (en especial la vagina y la vulva), cambia la respuesta sexual, aumenta el insomnio, aparecen lagunas mentales y dificultad para concentrarse, etc.
Síntomas similares experimentan también aquellas personas que por diferentes motivos ven afectada su capacidad ovárica antes de los 45 años: sea por Insuficiencia Ovarica Primaria (mal llamada menopausia precoz), Menopausia inducida (química o quirúrgica), Menopausia por Estrés, etc.
LA MENOPAUSIA/CLIMATERIO DEL MAÑANA
Si llegaron hasta acá es porque algo de todo lo anterior les hizo ruido y lxs invitó a seguir leyendo. Y queremos decirles algo: ¡a nosotras también! Es hora de tomar conciencia del reduccionismo y la invisibilidad sobre toda una etapa de transición que tiene su lógica más profunda en la asociación feminidad-menstruación y en el rol histórico/maternal que la mujer ha tenido que desarrollar en el marco de una estructura social que nos relega al perder nuestra capacidad reproductiva.
¿Acaso somos mujeres porque menstruamos? ¿Acaso dejar de menstruar nos hace menos mujeres? o peor aún… ¿menos deseadas? ¿menos sexuales? ¿con menos ganas de desear y proyectar? Aunque el climaterio no sea solo una cuestión de mujeres y el estigma se profundice en otros cuerpos menstruantes aún más invisibilizados, hagamos uso de esta fecha – 8 de Marzo – para repensar la mirada sobre el climaterio/menopausia. Ya es hora de erradicar los mitos y estereotipos opresores y discriminatorios en relación a la madurez femenina. ¡Impulsemos un cambio de mirada sobre un proceso vital y menstrual!