¡Hola! ¿cómo están?

Hoy queremos introducirles un tema que no suele estar demasiado en agenda y del cual creemos que es fundamental tener ciertos conocimientos y saber cómo puede afectar nuestra calidad de vida en esta etapa. Se trata de la atrofia vaginal y el piso pélvico.

Como siempre, recurrimos a especialistas en el tema y esta vez invitamos a la Lic. Marisa Marimont (Mn 2322) a que escribiera la nota, ¿la leemos?

Por: Lic. Marisa Marimont  (MN 2322)

Kinesiologa y fisioterapeuta

Especialista en Rehabilitación de Piso Pélvico

Para que se entienda un poco más y conozcamos nuestro cuerpo, el piso pélvico se encuentra en la parte inferior de la cavidad abdominal. Este piso, también llamado “suelo pélvico” está formado por músculos, ligamentos y puntos óseos. Allí se encuentra en la mujer el útero, la vejiga , la uretra,  la vagina y  el recto.

Pero como hoy el tema es la vagina, hablaremos de ella J

Cómo todxs sabemos, en la menopausia la vagina presenta cambios debido a la disminución de estrógeno, una hormonita que nos trae algunos inconvenientes en esta etapa. La vagina es un tubo muscular y como tal debemos ejercitarlo junto a los músculos que comprende el suelo pélvico.

Escuchamos hablar mucho de atrofia vaginal, pero realmente es una palabra (atrofia)un poco fuerte y puede impactarnos de forma negativa en nuestra cabecita. ¿Y por qué  creo que esto es importante? Estamos en una etapa en la que muchxs nos sentimos vulnerables y si bien hay que llamar a las cosas por su nombre, no me gustaría que eso impida que siguieran leyendo. Así es que solo diremos que la vagina presenta algunos cambios que nos generan incomodidades y dolor.

Lo que estamos seguras es que consultando a un profesional de la salud podemos encontrar muchas maneras de aliviar síntomas y prevenirlos.

 Por ejemplo, desde la Kinesiología de piso pélvico que es una especialidad, hay técnicas y ejercicios para “fortalecer “ y “relajar” nuestro suelo pélvico. Resalto fortalecer y relajar porque de acá derivan entre otros , muchos síntomas y molestias que nos genera la vagina .

Por ejemplo, puede ser que la musculatura esté con un tono muscular alto (hipertono) o para ser más clara con “más fuerza de lo normal en esta musculatura”, y esto puede generar ciertas molestias como : dolor en las relaciones sexuales, dolor en la zona pélvica, etc. . Entonces el trabajo en esos casos está en  aprender a relajar estos músculos suelo pélvico. En lo que hacemos,  hay técnicas específicas de relajación de esta zona del cuerpo.

Por otra parte, también puede suceder que haya una debilidad de la musculatura. Acá los síntomas van a estar asociados a la pérdida de orina al toser o  al realizar un esfuerzo. Estos síntomas suelen intensificarse en la menopausia.  La debilidad en la vagina también puede provocar gases vaginales, disminución en calidad orgásmica, entre otras  cosas.

Acá aprovecho a comentarles que la lubricación en vagina es muy importante también en esta etapa para evitar incomodidades producidas por la sequedad. Como experiencia personal, cuando comencé a transitar la menopausia , consulte con una amiga médica y a su vez sexóloga que se formó en la SASH y me dijo: “de la misma manera que todos los días nos ponemos crema en el cuerpo para mantenerla hidratada y nutrida , la vagina también lo necesita”. Hay muchos geles y cremas para colocar pero siempre deben ser indicadas por especialistas.

De la misma manera que preparamos nuestro cuerpo para el verano por estética o “salud”, las invito a preparar nuestros músculos de suelo pélvico  ya sea para prevenir, para mejorar o fortalecer. En todos los casos el resultado siempre va a ser el mismo: una mejora en la calidad de vida.

¡Espero les haya gustado!

Saludos

Lic Marisa Marimont

BONUS TRACK

Algunos ejercicios de Kegel que nos pueden ayudar:

  • El lento: contraes los músculos del suelo pélvico durante 5 segundos, mientras respiras suavemente, y luego los relajas durante 5 segundos más. Repetir 10 veces.
  • El rápido: contrae y relaja los músculos tan rápido como puedas, durante 2 o 3 minutos. Comienza con 10 repeticiones y auméntalas gradualmente hasta 50 repeticiones diarias.
  • El ascensor: consiste en contraer lentamente los músculos, imaginando que se trata de un ascensor que va subiendo lentamente y se detiene unos segundos en cada piso.
  • La onda: se realiza contrayendo primero los músculos que están alrededor de la uretra y luego los de la zona anal, relajándolos desde atrás hacia delante.

Acordate que podés realizarlos en cualquier momento y lugar porque desde afuera nadie va a notarlo. Los especialistas recomiendan practicarlos dirariamente tantas veces como sea posible.