Sofocos, bochornos, sofocones, calores, hot flashes, flushes o como sean conocidos en nuestra región, son uno de los principales síntomas de esta etapa, afectan a alrededor del 75% de quienes la están atravesando y hoy queremos contarte qué son y qué podemos hacer para aliviarlos en épocas de calor.
Porque al fin y al cabo, por h o por b, en el climaterio una siempre está caliente. Sea porque nos enojamos de un momento para el otro sin saber por qué (¡no te preocupes que no estás loca! Son cambios de humor que también están asociados al sube y baja hormonal del climaterio) o porque una sensación repentina de calor nos sube por el pecho, el cuello y la cara enrojeciendo nuestra piel y ruborizándonos como cuando a los 15 veíamos a quien nos gustaba.
¡No! No es amor… es calor. Son los famosos sofocos, el síntoma más frecuente de la transición a la menopausia. Y tal vez uno de los más incómodos.
Estos amigos comienzan en los años previos al último período, pueden estar presentes desde seis meses hasta quince años (sí, esto está re chequeado en estudios) y suelen venir acompañados de sudoración o palpitaciones. Cuando aparecen, duran hasta 4 minutos y su frecuencia varía de persona a persona desde una o dos veces por día hasta una vez por hora.
Pero entendamos primero, ¿qué es lo que sucede en nuestro cuerpo y por qué se producen?
Si bien hay más de una razón, generalmente los sofocos son el resultado de los cambios hormonales durante el climaterio. Es sencillo: la disminución de la cantidad de estrógeno tiene un efecto directo en el hipotálamo: la parte del cerebro responsable de controlar el apetito, los ciclos de sueño, las hormonas sexuales y también la temperatura corporal. De hecho, el hipotálamo es conocido como “el termostato del cuerpo” y por alguna razón, esa disminución de hormonas lo confunde haciendo que piense que tenemos demasiado calor.
Entremos ahora en la parte más compleja: el cerebro responde a esa señal enviando una “alerta” al corazón, los vasos sanguíneos y al sistema nervioso para que se deshagan del calor. Quién transmite el mensaje instantáneamente es el mensajero químico, la epinefrina, y los compuestos relacionados: norepinefrina, prostaglandina y serotonina. ¿Cuál es la respuesta a ese recado? El corazón bombea más rápido, los vasos sanguíneos de la piel se dilatan para hacer circular más sangre y hacer irradiar (o “sacar”) el calor, y las glándulas sudoríparas liberan sudor para enfriarnos aún más. Interesante: es el mismo mecanismo de liberación de calor con el que el cuerpo evita que nos recalentemos en verano.
Y hablando de verano… Esta no es una estación del año fácil para quienes los estamos atravesando. Porque, si bien no parece haber evidencia o estudios que denoten una relación directa entre uno y otro, varias fuentes aseguran que los ambientes calurosos suelen ser uno de los desencadenantes más comunes de la “visita” de nuestros “amigos de fuego”.
Además existen otros factores que pueden desencadenarlos, entre ellos:
- Dispositivos que emiten calor: planchitas, secadores de pelo, hornos (excusa válida para cocinar menos)
- Factores emocionales: estrés, ansiedad, etc.
- Alimentos y bebidas calientes y/o picantes
- Tabaco
- Consumo excesivo de cafeína, alcohol, azúcar y harinas blancas o carbohidratos refinados
Recordemos que los cambios hormonales son la causa más frecuente de aparición de los sofocos, pero no la única. Existen también ciertas condiciones médicas o medicamentos que pueden hacer que una persona los experimente. Por ejemplo, trastornos de pánico, infecciones, obesidad, diabetes, hiperhidrosis, enfermedades de la tiroides, cáncer y/o tratamientos contra el cáncer (como el tamoxifeno). Con esto queremos decir que, si NO estás atravesando el climaterio y llegaste a esta nota porque sentís calores diurnos o nocturnos como los que describimos arriba, te aconsejamos que visites rápidamente a tu especialista de confianza.
Volviendo…¡no páusicxs no desesperen! Como les adelantamos, los calores no llegan solos. Mientras que lo experimentás es posible que también tengas:
- Aspecto ruborizado con piel enrojecida o con manchas
- Latidos del corazón rápidos
- Sudoración, principalmente en la parte superior del cuerpo
- Sensación de escalofrío mientras el sofoco disminuye
- Sensación de ansiedad
Un tema no menor, lxs especialistas mencionan que es habitual que los sofocos se produzcan durante la noche generando dificultad para conciliar el sueño (una “hermosa noticia” siendo que de por sí en los meses de verano el calor por la noche suele influir en nuestra calidad del descanso). Como si fuera poco ya, los estudios muestran que más del 81% de quienes sufren sofocos, sudoración y enrojecimiento tenían además síntomas de insomnio crónico, como dificultad para dormir, sueño poco reparador e insatisfacción con los patrones de sueño. Es decir, ambos vienen de la mano.
¡La buena noticia de toda esta historia! Afortunadamente, si los sofocos son producto del desequilibrio hormonal, tratarlos de forma natural y hacer cambios simples en el estilo de vida o en la rutina puede ayudar a la mayoría de nosotrxs a controlarlos. Y ¿cómo?…
Consejos No Páusicxs para manejar los sofocos:
- Evitar o disminuir el consumo de: bebidas calientes, comidas calientes o picantes, alcohol, cafeína y tabaco.
- Reducir el estrés con prácticas de relajación, meditación, yoga, masajes o acupuntura.
- Hacer ejercicio físico para estar más cansadxs de noche (evitar que sea al sol o sin una buena climatización). Esto ya no es una opción en esta etapa, es la única forma de evitar complicaciones futuras como las cardiovasculares o vinculadas a los huesos.
- Usar ropa ligera, preferentemente de telas livianas como el algodón y siempre tenga varias capas para cuando refresca (los cambios abruptos de temperatura tampoco son buenos).
- Usar productos refrescantes como geles, almohadas de frío, tener paños congelados en el refrigerador.
- ¡Intentar relajarnos cuando aparecen! Esto tiene que ver con cómo los administramos. En ese sentido, la respiración de relajación o la respiración pausada, que es respiración abdominal lenta y profunda, que se inhala por la nariz y exhala por la boca, puede ser útil.
- Investigar y probar opciones naturales como plantas que ayudan a controlarlos. Encontramos aquellas que contienen flavonoides que actúan como fitoestrógenos, como el lúpulo, la salvia (en forma de té o de aceite esencial), Dong Quai, el trébol rojo o la maca.
Ahora 7 consejos No Páusicxs para manejarlos en épocas de calor de día y de noche:
- Caminar descalzx sobre un piso de baldosas frío.
- Tener siempre a mano una bebida fría (sin alcohol).
- Intentá mantener la temperatura ambiente lo más fresca posible.
- Usá ropa de cama que se pueda quitar fácilmente durante la noche.
- Poné una o dos gotas de aceite esencial de lavanda en la almohada para ayudarnos a relajar y dormir mejor.
- Si te despertás durante la noche, levántate de la cama y leé hasta que tengas sueño. Meditá o practicá la respiración de relajación.
- ¡No sufras en silencio!
Es verdad que los cambios en el estilo de vida pueden aliviar síntomas durante esta etapa como los sofocos pero también es cierto que para algunxs no basta. Si la intensidad, frecuencia o duración de los calores está afectando tu calidad de vida, ¡no esperes! Existen tratamientos y terapias naturales o de reposición hormonal que pueden ayudar.
Notas relacionadas:
¿Qué posibles tratamientos existen para aliviar los sofocos?
3 Opciones naturales para disminuir los sofocos
FUENTES:
https://www.34-menopause-symptoms.com/hot-flashes.htm
https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/hot-flashes/symptoms-causes/syc-20352790
https://www.breastcancer.org/es/consejos/menopausica/tratar/bochornos/causas
https://www.breastcancer.org/es/consejos/menopausica/tratar/bochornos/quienes
https://www.aiwhcincinnati.com/blog/10-tips-for-managing-summer-heat-and-menopausehttps://wexnermedical.osu.edu/blog/managing-menopause-hot-flashes-in-the-summe