Hola,
¿Cómo andan?
Por acá, con los calores bajo control, la libido pareciera que quiere dejar de ser una “visitante ocasional” y voy tomando riendas de cosas menos urgentes como mi subida de peso.Y sigo compartiendo con ustedes mis historias y síntomas.
El que esta semana se mostró sin tapujo fue el cambio de humor. Un sube y baja interesante, pero lo bueno es que sé que estoy en esta etapa y me lo tomo con tranquilidad. Pero a veces sorprenden.
Los estrógenos me tienen como una mezcla entre Heidi y El Grinch.
Para imaginarme pueden elegir el que más les guste, ya que mi humor varía entre los dos estadios que caracteriza a estos personajes.
A este momento delicado (gracias estrógenos) se sumó un episodio que nos pasó en No Pausa (como medio de comunicación) que me hizo profundizar en analizar cómo ando anímicamente.
Como saben somos una comunidad inclusiva que habla de la menopausia sin tabúes y que busca tocar todos los temas que nos preocupan en esta etapa – que es un tercio de la vida de una mujer… lo que no es poco – de forma directa y, porque no, desenfadada.
Pero somos inclusivas.
Sí, pongo en femenino porque somos tres mujeres las que hacemos No Pausa. Pero no hablamos solo para mujeres. Hablamos para sus hijos e hijas, parejas, personas con vulva que, aunque no se identifiquen con el genero femenino, van a pasar por la menopausia. O sea, a todxs.
Y por la X empezó el baile…
En mi última columna usé, como siempre, el lenguaje inclusivo. En los comentarios nadie criticaba el contenido de la columna – al revés, lo alababan – y sí criticaban de manera muy hiriente la forma. Supuestamente el uso del lenguaje inclusivo no permitió leer el artículo (aclaro que aparecía en el último párrafo…). Nos dijeron que dejáramos las “boludeces”, que la RAE no lo aprueba y otras perlitas más.
Y gracias a eso me di cuenta de lo sensible que estaba. Me puse literalmente a llorar y lo tomé personal.
En medio del desborde – y gracias a que tengo información sobre lo que me está pasando – me acordé: los estrógenos.
No estoy sacando mérito de lo que pasó, pero tampoco era para que yo reaccionara como reaccioné.
Pero otro hecho sucesivo me confirmó en qué medida los estrógenos influyen en mi humor.
Y si el debate por la “X” parecía poco, en Facebook una mujer de 35 años nos increpó diciendo que la menopausia debía ser un tema solo “para señoras mayores”. Nos llamó de “infradotadas” por intentar hablar sin tabúes y sin límites sobre este tema.
Con el aumento de la sensibilidad, de nuevo lágrimas seguido de mucha bronca (¡al fin apareció el Grinch!).
Puedo entender que haya mucha resistencia al lenguaje inclusivo, pero ¿a la información?, ¿A entender lo integral de esta etapa? ¿Y cómo afecta en nuestras vidas y de quiénes nos rodean? Queremos brindar información para que nos empoderemos. Que nos fortalezcamos como personas.
A parte de ser un insulto discriminatorio, excepto que la persona sea una mujer trans va a pasar por la menopausia. Y está bueno, independientemente de la edad, saber lo qué ocurre en ese proceso. Además, no vamos por ahí con una escopeta obligando a la gente a que nos lea (se dan cuenta que el cambio de humor influyó directamente en este texto).
¿Fuerte lo que dijo la chica, no?¿O ustedes creen que son las hormonas?
Aprovecho y pregunto: ¿cómo manejan ustedes sus fluctuaciones emocionales?
Pero todo sirvió para que yo retomara yoga. Una buena en medio de este subi-baja emocional.
Nos vemos en 15 días.
Fuente: Marie Claire (Perfil)