Una nueva edición de la columna a cargo de Miriam De Paoli en la que cuenta sin tabúes cómo es vivir la etapa de la menopausia.
Hola, cómo andan? Nosotras, en No Pausa, felizmente agotadas con las fiestas. Armando un 2020 que se viene lleno de sorpresas, pero también de la mano de mucha incertidumbre.
Es un nuevo año que va a llegar y no podemos luchar contra de eso pero sí nos podemos preparar.
¿Ustedes tienen momentos en los cuales les gustaría poder esconderse bajo la sábana -o directamente bajo la cama- y decir “pará mundo, que me quiero bajar”?
Nosotras sí. Y en las fiestas si intensifican.
Y, en un momento poco adecuado (como si hubiera momentos adecuados para esos planteos) estas últimas semanas estuvieron por demás convulsionadas y afectadas por el subibaja hormonal.
Vino el período -abundante como pocos- después de varios meses, con derecho a cólicos, dolores de cabeza y ganas (ocultas) de matar a medio mundo.
Pero pasó. Y nos hizo reflexionar. ¿A las hormonas no las podemos controlar totalmente, pero que es lo que podemos controlar en esa etapa? ¿Nos hemos hecho esa pregunta? ¿O estamos demasiado enfrascadas en quejarnos de todo lo que está cambiando que nos impide ver que si hay cosas que están cambiando para mejor?
Así decidimos sentarnos a escribir para compartir con ustedes desde otro lugar: todo lo que nos trajo de positivo en 2019 la menopausia. Fue un ejercicio muy difícil. Y sigue siéndolo.
Todo lo primero que nos vino en mente estaba lejos de poder ser considerado “positivo”: calores, baja de la libido, aumento de peso, menos paciencia… Ya con los síntomas que hemos enfrentado en 2019 pareciera que basta, ¿no?
Pero no desistimos y la verdad es que valió la pena porque el esfuerzo nos ayudó a darnos cuenta de que hay un montón de cosas positivas que podemos rescatar de este año:
- Aprendimos a mirar más en perspectiva lo que nos está atravesando, a conocer nuestro cuerpo y buscar maneras creativas de enfrentar los síntomas.
- A escuchar más al otro: aunque con diferentes miradas, nos fuimos nutriendo de esas opiniones diversas de nuestra comunidad.
- A que el amor es el mejor remedio: siempre que nos encontrábamos con una dificultad – sea para contestar una pregunta, para empatizar con un punto de vista o para lidiar con una entrevista frustrada- decidimos, medio en broma, que “No Pausa es amor”. Y, lo que empezó como una broma, terminó como una directriz. Respiramos hondo varias veces y no dejamos que la bronca y el enojo hablen por nosotras.
- Que la constancia es una verdadera gran amiga, que todo lo que nos proponemos los podemos alcanzar, pero hay que empezar por un pasito a la vez y seguir, seguir, seguir. No esperar el lunes. O el momento perfecto. Las que nos dicen que no es así las desafiamos: ¿lo has probado? No buscamos la gran meta que necesita un cambio radical y sí pequeñas metas que cambian nuestra calidad de vida y nos permiten estar mejor. Ejemplo: agregar pasos a nuestras vidas. Pero todos los días. Sin excepción. Hubo días que terminamos subiendo escaleras a las 11 de la noche para no “romper el pacto” y el resultado está siendo increíble.
- Que no estamos solas: ustedes del otro lado que nos alentaron y nos hicieron seguir con sus lindas palabras, emojis, gifs, lo que sea. Pero que parecía que estaban hechos especialmente para nosotras. Es un ida y vuelta hermoso. ¡GRACIAS!
- Que todavía hay mucho por hacer: todas sus preguntas, inquietudes y planteos construyen una agenda 2020 cargada de desafíos. Y nos recuerda que hay todavía mucho recorrido hacia delante. Nuestra comunidad nos permitió encontrar personas increíbles con quién compartir experiencias y generar contenido. Gracias de nuevo a esas personas por estar y por querer ser parte de No Pausa
Y podríamos seguir.
No queremos decir que esta etapa no es compleja y sí que podemos mirarla desde otro lugar y con otra perspectiva. Es lo que seguiremos intentando desde No Pausa durante todo 2020. No sin antes volver a decir: GRACIAS POR TANTO.
¡Un beso enorme y FELIZ AÑO!
Fuente: Marie Claire (Perfil)