Cuando la menopausia toca la puerta no espera a que la dejes entrar, pasa y puede traer invitados a la juntada, hoy sabemos que hay alrededor de 34 síntomas que una mujer puede experimentar desde el momento en que inicia esta transición, por lo que se hace imprescindible conocer cuáles son y cómo pueden impactar en tu calidad de vida. 

Cada mujer es diferente, por lo que estos síntomas pueden ser variados. Va a haber algunas mujeres que no tengan ningún síntoma y van a ver muchas otras que pueden tener muchos síntomas y que los mismos  duren hasta los 60 o 70 años. No es que todo el mundo vaya a experimentar la menopausia de la misma forma.

¿Están listas? ¡Arrancamos!

Sofocos

Es unos de los síntomas más conocidos, son calores súbitos que pueden darse en la parte superior del cuerpo o en el cuerpo entero. También pueden desencadenar en sudoración y hasta escalofríos. Mejora con cambios en el estilo de vida y está relacionado con la bajada de estrógenos

Sudores nocturnos

Ocurren durante el sueño y pueden estar relacionados con la baja en los niveles de estrógeno. Afectan el descanso y la calidad del sueño.

Cambios en el ciclo menstrual:

Durante la transición a la menopausia, pueden presentarse períodos menstruales irregulares y ausentes. Tu períodos pueden acortarse o alargarse y también puede variar la intensidad del sangrado.

Sequedad vaginal:

Las hormonas sexuales femeninas ayudan a una buena circulación de la sangre alrededor de la vagina y, al entrar en la menopausia, esa disminución hormonal puede provocar la falta de flujo sanguíneo y, por ende, afectar la lubricación de la zona genital. Este  síntoma se puede describir como picor vaginal, más frecuencia al orinar, infecciones de orina recurrente, molestias con las relaciones sexuale

Cambios en el estado de ánimo:

Todos los cambios por lo que atraviesa una mujer durante esta etapa y los síntomas que comienzan a experimentar pueden llevarlas a atravesar cambios repentinos de humor. Este síntoma también es asociado a la baja de serotonina, hormona de la felicidad

Insomnio:

Esto quizás tenga que ver con los sudores nocturnos, los cuales son capaces de interrumpir el sueño y alterar el descanso, pero también puede ser que la hormona del sueño, la melatonina, no se esté produciendo en niveles óptimos. 

Fatiga:

Este síntoma podría ser resultado de la poca calidad del sueño que se puede experimentar durante el climaterio. El sueño puede ser interrumpido, como se mencionó antes, por los sofocos y los sudores nocturnos, o el resultado de las fluctuaciones hormonales.

Problemas de memoria: 

Así como puede llegar a afectar  la concentración y el enfoque, la menopausia también puede implicar cambios en tu grado de memoria, esto, como efecto de la disminución de los niveles de estrógeno o la falta de un sueño reparador.

Falta de concentración: 

Una disminución en estrógeno a veces puede ocasionar confusión mental o dificultad para concentrarse. Además, la falta de descanso por problemas con sofocos nocturnos, pueden contribuir a que no logres concentrarte y organizar tus ideas con claridad.

Cambios en la composición corporal:

Los estrógenos tienen la función de redistribuir la grasa por todo el cuerpo, por lo que llegada esta etapa se puede dar un aumento de la grasa abdominal, pero no debemos olvidar que también es probable que se acentúe la pérdida de masa muscular, órgano metabólicamente activo que puede hacer que nuestro metabolismo se ralentice y se haga más probable el aumento de grasa corporal. 

Pérdida de cabello:

Durante la menopausia se da el afinamiento y la pérdida de cabello, como resultado de las fluctuaciones hormonales. Los folículos pilosos se encogen, ocasionando así una reducción en el crecimiento del cabello y mayor facilidad para que se caiga.

Cambios en la libido

Es muy común que llegada a esta etapa por la bajada hormonal se pueda experimentar disminución del deseo sexual, es muy importante entender que el deseo es multifactorial y si bien dosis de testosterona podrían ayudar, se aconseja también atender la sequedad vaginal y tener en cuenta la terapia sexual.

Dolores de Cabeza

La disminución en el estrógeno, también puede provocar dolores de cabeza o episodios de migraña más frecuentes. 

Palpitaciones: 

Hay casos donde algunas mujeres experimentan latidos cardíacos irregulares o arritmias durante o después de la menopausia. En cualquier de estos casos, recomendamos revisar tu salud cardíaca con un especialista.

Mareos:

Los cambios hormonales también afectan la hormona insulina y esto puede dificultar que el cuerpo mantenga niveles óptimos de azúcar en sangre, lo que puede terminar en estos mareos.

Sensibilidad en los senos:

La sensibilidad en los senos es otro síntoma usual durante la menopausia, pero esto suele disminuir a medida que la mujer llega a las últimas etapas de este cambio de vida.

Aumento de la frecuencia urinaria:

Este síntoma que también es llamado “vejiga hiperactiva”, se refiere a la necesidad repentina o frecuente de orinar. Este problema es común en la menopausia debido a que los cambios hormonales pueden hacer que la vejiga y otros músculos pélvicos se debilitan, provocando esta situación.

Infecciones del tracto urinario:

Durante el climaterio se puede alterar el PH de la vagina por el cambio en nuestro flujo vaginal, esto ayuda a la proliferación de bacterias que pueden migrar y lo que hace que estemos más expuestas a tener infecciones urinarias. 

Piel seca y picazón: 

El estrógeno está relacionado a la producción de colágeno y a la hidratación de la piel. Es por la disminución en los niveles de esta hormona que la mujer pudiera experimentar un aumento en el picor o sequedad en varias partes del cuerpo.

Pérdida de densidad ósea:

La pérdida en la densidad de los huesos es otro de los resultados de la disminución en estrógeno que sufre la mujer en la menopausia. En los casos más graves, esto puede llevar a una osteoporosis

Aumento de los niveles de colesterol:

Durante la menopausia es esperable que se puedan dar cambios en nuestro perfil lipídico, por lo que es sumamente importante realizar actividad física de forma regular y llevar una alimentación equilibrada para esta etapa. 

Cambios en los patrones de olor corporal: 

Al experimentar sofocones y sudoración nocturnos, las mujeres en menopausia están más expuestas a presentar un aumento en el olor que emite su cuerpo. Estos cambios en sudoración también pueden deberse a mayores niveles de estrés y ansiedad.

Sensibilidad a los alimentos: 

Durante la menopausia, las mujeres experimentan cambios hormonales significativos que pueden afectar su sistema digestivo. Estos cambios pueden hacer que algunas mujeres sean más sensibles a ciertos alimentos, como los lácteos, el gluten, el alcohol o los alimentos picantes.

Pérdida de elasticidad en la piel: 

La reducción en los niveles de estrógeno puede provocar una disminución en la producción de colágeno, que es una proteína importante para mantener la piel firme y elástica. Además, la disminución en los niveles de estrógeno también puede causar una disminución en la producción de ácido hialurónico, que es otra sustancia clave para la hidratación y elasticidad de la piel. 

Cambios en la distribución de la grasa corporal: 

La falta de estrógeno puede contribuir a que la grasa se acumule más en el abdomen en lugar de en las caderas y los muslos, como es más común en las mujeres premenopáusicas. Esta acumulación de grasa abdominal puede llevar a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y otros problemas de salud. 

Dolor muscular y articular: 

Uno de los factores que contribuyen a los dolores articulares durante la menopausia es la disminución en los niveles de estrógeno. El estrógeno tiene propiedades antiinflamatorias que ayudan a proteger las articulaciones y reducir la inflamación en el cuerpo.

Bruxismo: 

Los cambios hormonales durante la menopausia pueden influir en el sistema nervioso central y aumentar la ansiedad y el estrés, lo que a su vez puede contribuir al bruxismo. Además, algunos estudios sugieren que la disminución en los niveles de estrógeno puede afectar la calidad del sueño y aumentar las probabilidades de experimentar bruxismo nocturno.

Cambios en las uñas: 

Algunas mujeres pueden notar que sus uñas se vuelven más débiles, quebradizas o frágiles durante la menopausia. Esto puede deberse a que la disminución de estrógeno afecta la producción de queratina, una proteína estructural clave en las uñas. Como resultado, las uñas pueden volverse más delgadas, secas y frágiles, lo que puede hacerlas más propensas a romperse o astillarse.

Aumento de los problemas digestivos: 

Durante la menopausia, muchas mujeres pueden experimentar un aumento en los problemas digestivos debido a una serie de factores hormonales, físicos y emocionales que influyen en la función gastrointestinal. Los cambios hormonales durante la menopausia pueden alterar la composición de la microbiota intestinal, lo que puede afectar la digestión y absorción de los nutrientes, así como la respuesta inmune del intestino.

Sensibilidad a los cambios de temperatura:

Los cambios hormonales, la disminución de la circulación sanguínea y los cambios en la composición corporal pueden llevar a un aumento de la sensibilidad a los cambios de temperatura 

Cambios en la voz: 

Durante la menopausia es producto de los cambios hormonales y la alteración de la mucosa vocal (mucosa de las cuerdas vocales)lo que puede provocar sequedad, irritación o inflamación en la garganta y en la laringe, lo que afecta la calidad de la voz.

Cambios en la percepción del estrés:

Algunas de las razones por las cuales pueden producirse cambios en la percepción del estrés durante la menopausia incluyen los cambios hormonales,los cambios en el patrón de sueño, los cambios emocionales y los cambios en la autopercepción por cambios en la autoestima, la imagen corporal y la percepción de sí misma lo que puede influir en la manera en que manejan el estrés. 

Incremento de la irritabilidad:

El estado de ánimo es uno de los más golpeados por la menopausia y es que las fluctuaciones hormonales y el impacto de los síntomas que acarrea esta etapa de la vida puede poner a las mujeres más susceptibles e irritables. Otros factores que pueden contribuir a la irritabilidad son el estrés y la falta de sueño.

Cambios en la presión arterial 

Durante la menopausia, los niveles de estrógeno y progesterona disminuyen significativamente, lo que puede influir en la regulación de la presión arterial. El estrógeno tiene un efecto protector en los vasos sanguíneos al ayudar a mantener su elasticidad y dilatación, lo que contribuye a una presión arterial más estable. La disminución de los niveles de estrógeno puede llevar a un aumento en la rigidez de los vasos sanguíneos y a cambios en la presión arterial. También es importante atender los cambios en nuestra grasa corporal y la gestión del estrés y cambios emocionales.

¿Quieres reducir los síntomas y tomar el control de tú menopausia?