Hola, No Páusicxs. ¿Cómo están? Si son de tener infecciones urinarias, este nuevo capítulo de Menopausia Y Ciencia nos invita a conocer las alternativas que existen para sobrellevarlas y su eficacia según las distintas investigaciones que hay del tema. Y, para eso, quién mejor que la Dra. Micaela Buteler, que trabaja como investigadora en el CONICET, en el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medio Ambiente en Bariloche.

Así que, de su mano, empecemos… pero vayamos por partes.

¿Qué son las infecciones urinarias? Las infecciones del Tracto Urinario (ITU) son las infecciones -habitualmente bacterianas – que se producen en el aparato urinario. Estas infecciones suelen producirse en la vejiga o en la uretra, aunque también en los riñones. Y un dato no menor y lo que venimos a tratar hoy: su frecuencia puede aumentar en la posmenopausia.

¿Pero qué se sabe sobre el tema? La evidencia acumulada muestra que tanto en el tracto urinario como en la vagina residen comunidades microbianas (virus, bacterias y hongos) complejas. Y, ciertos desequilibrios en esta microbiota, pueden favorecer la infección por bacterias que ocasionan infecciones urinarias, como la cistitis, que es la que puede ocurrir post relaciones sexuales ¡Ojito!

Generalmente las infecciones urinarias ocurren cuando se contamina el espacio periuretral (glándulas de la uretra) con bacterias del tracto digestivo, porque colonizan la uretra y luego migran a la vejiga.

¡Atención! Nuevos estudios apuntan a una relación estrecha entre la microbiota intestinal y la propensión a las infecciones urinarias. ¿Qué nos demuestra esto? el rol clave de todos los microorganismos que conviven dentro nuestro (si… la microbiota).

Las personas menstruantes tenemos una microbiota muy compleja y variable en la vagina y en el tracto urinario pero en general se asocia a una comunidad de bacterias llamada Lactobacillus, como parte de un microbioma vaginal y urinario sano, ya que previenen la colonización con bacterias nocivas como la Escherichia Coli, que causa el 80% de las infecciones urinarias.

Asimismo, vemos que toda esta microbiota o comunidad de microbios del tracto urinario y la vagina están interrelacionadas desde el lado hormonal. ¿Por qué? porque las hormonas pueden jugar un rol clave al afectar y ocasionar cambios en el microbioma vaginal. Aunque si vamos a los estudios aún no se conocen del todo bien los efectos de los cambios hormonales en la microbiota durante la menopausia/climaterio.

Lo que sí sabemos es que el estrógeno reduce el pH vaginal, y estimula la proliferación de Lactobacillus, un tipo de bacteria benigna y necesaria presente en el sistema urinario y genital. Al mismo tiempo el estrógeno evita la colonización vaginal de bacterias patogénicas o “negativas”.

Cuando esos estrógenos disminuyen, a causa de la llegada de la menopausia,  la presencia de Lactobacillus (“la bacteria buena”) decrece y el pH vaginal se incrementa pudiendo dar lugar a la proliferación de diferentes tipos de  microorganismos.

¿Pero qué muestran las investigaciones en relación al vínculo entre cambios hormonales e infecciones?

Primero, se ha encontrado que las comunidades bacterianas del tracto urinario y genital de las mujeres menopáusicas es diferente al de las mujeres sanas premenopáusicas porque son menos dominadas por el Lactobacillus, lo que podría explicar en parte el aumento en la predisposición a este tipo de infecciones.

Segundo, se ha demostrado que la reducción menopáusica de estrógenos causa, en mujeres posmenopáusicas, una disminución en el nivel de glucógeno libre en el epitelio vaginal, que es el revestimiento interno de la vagina. ¿Y cómo se explica esto? Resulta que el glucógeno sirve como nutrición para el Lactobacillus, por lo que la disminución del primero podría explicar la disminución en los Lactobacillus también.

Y decimos podría, porque todavía no está del todo claro el mecanismo por el cual los cambios hormonales afectan la microbiota ni su rol en las infecciones urinarias. Pero sí, podemos ir viendo los resultados de las investigaciones en relación a las posibles soluciones para el tratamiento de estas incómodas infecciones.

1- Los antibióticos, incluso en dosis bajas, son eficaces en el tratamiento y la prevención de las infecciones urinarias, pero ¡OJO! También pueden impactar negativamente nuestra microbiota y además conducen a un aumento de la resistencia por parte de los microorganismos, lo que eventualmente puede hacer que pierdan efectividad. Y es por ello  que se necesitan herramientas alternativas para el manejo de las ITU.

2- Probióticos (orales y vaginales):

Los Lactobacillus vaginales tienen una función protectora ya que pueden producir compuestos antimicrobianos como ácido láctico, peróxido de hidrógeno (agua oxigenada), inhibir la adherencia de uropatógenos (bacteria causante de la ITU) a las superficies; o estimular el sistema inmune.

Es por ello que la utilización de probióticos vaginales podría ser una estrategia eficaz para disminuir la frecuencia de las infecciones urinarias.

Algunos estudios sugieren que la restauración de Lactobacillus a través de estrógenos en mujeres posmenopáusicas, está asociado con una reducción marcada en la incidencia de ITU. Sin embargo, se necesitan estudios clínicos para establecer la dosis, duración y modos óptimos para administrar Lactobacillus para el establecimiento vaginal  y/o periuretral.

3-Arándanos:

El arándano contiene compuestos que contrarrestan la colonización de Escherichia coli de la vejiga, una bacteria que forma parte de la microbiota del tracto gastrointestinal, y que está muy relacionada a las ITU.

También posee actividad antiinflamatoria que podría prevenir el desarrollo de síntomas y reducir la propagación bacteriana intracelular y, por lo tanto, reducir la frecuencia de las infecciones urinarias y la propensión a la infección crónica.

Sin embargo, no hay evidencia concluyente al respecto de su eficacia. A pesar de esto, el arándano sigue siendo un método popular en el tratamiento de las infecciones urinarias.

4-D- manosa: Otro método consiste en el uso de un azúcar simple, conocido como D-manosa, estrechamente relacionado a la glucosa.

La D-manosa se absorbe rápidamente y luego se excreta por el tracto urinario. Se cree que la D manosa inhibe directamente la adhesión de bacterias en la pared de la vejiga y varios estudios científicos demuestran su eficacia.

Conclusiones:

Entonces… ¿Qué es lo que tenemos que saber?

  • El uso de estrógenos vaginales, probióticos orales y vaginales, y la prevención de las ITU con arándanos están respaldados por una creciente evidencia de eficacia. 
  • La D-manosa también se perfila como un tratamiento eficaz, aunque se necesitan estudios más amplios para confirmar su eficacia. 
  • Las infecciones urinarias recurrentes representan un problema común y angustioso para las mujeres con el paso del tiempo.
  • Se necesita un uso más inteligente de la terapia antimicrobiana, particularmente en mujeres postmenopáusicas. Por lo tanto, las terapias sin antibióticos son importantes en este grupo de edad.
  • Fortalecer el conocimiento sobre eficacia y seguridad del uso de terapias alternativas a los antibióticos es clave para abrir el camino hacia una mayor eficacia y disminución de los costos asociados al tratamiento de ITU.

Papers analizados:

  • Ammitzbøll, N., Bau, B.P.J., Bundgaard-Nielsen, C. et al. Pre- and postmenopausal women have different core urinary microbiota. Sci Rep 11, 2212 (2021). https://doi.org/10.1038/s41598-021-81790-8 
  • Komesu YM, Dinwiddie DL, Richter HE, Lukacz ES, Sung VW, Siddiqui NY, Zyczynski HM, Ridgeway B, Rogers RG, Arya LA, Mazloomdoost D, Levy J, Carper B, Gantz MG; Eunice Kennedy Shriver National Institute of Child Health and Human Development Pelvic Floor Disorders Network. Defining the relationship between vaginal and urinary microbiomes. Am J Obstet Gynecol. 2020 Feb;222(2):154.e1-154.e10. doi: 10.1016/j.ajog.2019.08.011. Epub 2019 Aug 14. PMID: 31421123; PMCID: PMC6995424. 
  • Caretto M, Giannini A, Russo E, Simoncini T. Preventing urinary tract infections after menopause without antibiotics. Maturitas. 2017 May;99:43-46. doi: 10.1016/j.maturitas.2017.02.004. Epub 2017 Feb 7. PMID: 28364867.