¡Bienvenidxs No Páusicxs queridxs! Hoy vamos a hablar de insomnio y no porque queramos (en realidad cuanto más lejos lo tengamos mejor 🙂 ) pero sí porque sabemos que afecta a muchas personas en esta etapa. Y cuando decimos afecta es que AFECTA no solo por las noches sino también en las jornadas laborales y sobre todo en el estado de ánimo que tenemos después de una “pelea con la almohada”..
Nuestra comunidad nos comenta que el insomnio es uno de los inconvenientes más frecuentes entre quienes estamos atravesando esta etapa. Como resultado de los cambios físicos y emocionales que la menopausia trae, muchxs de nosotrxs vemos reducidas las horas de sueño. Por ejemplo, ¿quién no se ha despertado en el medio de la noche tras un sofoco? (sólo unas pocas, ya que, según estudios, el sofoco afecta al 75-80% de nosotrxs) ¿quién no ha empapado toda la sábana alguna vez en pleno invierno (claro, si los famosos calores no tienen nada que ver con la temperatura del ambiente)? Exacto, tal vez leyendo esto estás pensando… AH NO SOY LA ÚNICA! No, para nada. Por eso, la próxima vez que te desveles en el medio de la noche pensá que seguramente somos varias atravesando la misma situación en el mismo momento (o al menos dentro de tu uso horario). Ojo! tal vez deberíamos armar un chat global de menopáusicas con insomnio jaja.
Basta de charla y vamos al punto. Logicamente, la falta de descanso puede producir cambios de humor e irritabilidad (todo está asociado en esta etapa). Es decir, es muy probable que si no dormimos bien por la noche al otro día estemos agotadas y que eso genere un malestar general.
Ahora bien, el insomnio en la menopausia no tiene una causa específica que pueda ser tratada y es generalmente un problema temporal que, como decíamos arriba, surge de los efectos que tiene el sube y baja hormonal (como por ej. los calores nocturnos).
Entonces…¿cómo puedo hacer para dormir mejor?
La mayoría de los especialistas recomiendan primero que nada una adecuada higiene del sueño hasta que el cuerpo se adapte a esas alteraciones hormonales. Para eso, es necesario incorporar algunas prácticas en nuestras rutinas:
- Las siestas son tentadoras pero mejor evitémoslas. Además te sugerimos ir a la cama temprano por la noche.
- Intentar mantener horarios regulares, sea en la semana o en los fines de semana.
- El ejercicio físico ayuda y mucho: acá hay que tener en cuenta dos cosas: la primera es que se recomienda el ejercicio por la mañana no por la tarde o noche (el ejercicio activa el sistema nervioso y si lo realizas a horas tardías, después te costará muchísimo más conciliar el sueño). En segundo lugar, los especialistas aconsejan que se haga 3 veces por semana.
- No a las bebidas estimulantes: sabemos que el café es sagrado para muchxs de nosotrxs pero bueno, intentemos reducir el consumo de bebidas con cafeína o energizantes. ¡Ni hablar del tabaco!
- Menos líquido a la hora de acostarse (dicen que por lo menos dos horas antes) para evitar querer levantarse para ir al baño.
- Cenas livianas: evitar hacer platos con comida pesada y es recomendable dejar que pase al menos una hora antes de irte a la cama después de cenar.
- Eliminar los estímulos externos: el celular, la música, las luces y ni hablar de la tv.
- Buscar una postura cómoda en la cual nos sintamos bien.
- Sacar los relojes de alrededor: no hay nada peor que estar mirando la hora cuando no nos podemos dormir. Eso empeora la situación.
Son un montón de tareas, pero sencillas, y sabemos que se pueden lograr. Ahora bien, caso que el insomnio persista una opción puede ser tratarse con fitoterapia (link). Otra sugerencia son las infusiones relajantes (como la manzanilla, la hierbaluisa o melisa) o los ejercicios de relajación. Es decir, en una primera instancia todo esto es mejor que recurrir a las conocidas “pastillas para dormir”. Sin embargo, obviament,e que si el insomnio persiste no nos queda otra que consultar con nuestro especialista y si en nuestro caso está vinculado a los sofocos entonces tal vez una alternativa puede ser buscar la terapia adecuada para combatir esos sofocos. El punto es que ¡no nos podemos resignar a dormir mal y que eso afecte nuestra calidad de vida!
Fuentes:
https://www.abc.es/familia-vida-sana/20140816/abci-sofocos-menopausia-insomnio-201407141644.html