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¡Temas tabúes si los hay! Cuando hablamos de incontinencia urinaria de inmediato se nos vienen a la cabeza una serie de ideas preconcebidas, muchas de ellas cargadas de mitos que poco tienen que ver con la realidad y el día a día.

Todos esos mitos RELACIONAN POR EJEMPLO A LA INCONTINENCIA URINARIA CON UN INEVITABLE PADECIMIENTO ASOCIADO AL PASO DEL TIEMPO, A LOS PARTOS O SIMPLEMENTE A SER MUJER. Asumiendo ese padecimiento  eterno, sin solución mientras que PASIVAMENTE ESPERAMOS el largo camino que finalmente nos llevará a la supuestamente mágica “resolución quirúrgica”.

Y saben qué… Si bien es cierta la posible presencia de incontinencia urinaria luego de los 40 y el parto uno de los principales factores de riesgo, también lo es que es posible prevenirla y detenerla o revertirla cuando la abordamos de manera temprana.

Pero empecemos por lo primero, ¿a qué llamamos Incontinencia Urinaria?

Esta disfunción se define como la pérdida involuntaria de orina y puede ser de Esfuerzo (al toser, estornudar o saltar) o de Urgencia. Se manifiesta  generalmente como una necesidad inminente de orinar, que se presenta de manera brusca y en algunas ocasiones no da tiempo de llegar al baño. Inclusive puede manifestarse como una frecuencia miccional aumentada (orinar muy seguido) o nicturia (levantarse de noche varias veces para orinar). 

Las CAUSAS son variadas y pueden combinarse.

Lo primero a tener en cuenta es la MANERA EN QUE GESTIONAMOS LOS ESFUERZOS, es decir las presiones intraabdominales. Para comprender esto debemos entender el cuerpo como un conjunto de presiones y que de realizarse una mala gestión de esas presiones, se ponen en desventaja todos los mecanismos esfinterianos. En este proceso es fundamental el buen tono del transverso abdominal, un musculo muy profundo con forma de faja que nos sostiene en la postura correcta. Esta musculatura abdominal puede verse debilitada en caso de EMBARAZOS, SOBREPESO Y SEDENTARISMO, por eso la prevalencia de incontinencia en estos casos.

¿Pero qué sucede con la incontinencia es la MENOPAUSIA y el CLIMATERIO?

Como ya sabemos, en esta etapa experimentamos cambios hormonales importantes que producen alteraciones en todo el cuerpo, y particularmente en el suelo pélvico.

Como los cambios en la mucosa vaginal, también se producen cambios en la mucosa de la Uretra. Los efectos son un aumento de la luz en el calibre uretral facilitando las pérdidas de orina .Por otro lado, los cambios que se manifiestan en el colágeno en todos los tejidos, incluidos los que conforman las estructuras de sostén (ligamentos) y los de cierre (músculos) , también favorecen el vencimiento de los mecanismos esfinterianos y la aparición de pérdidas.

Y entonces… ¿Qué podemos hacer si tenemos pérdidas involuntarias de pis? 

Primero:  no enfrentar lo que nos está pasando no evita que suceda ni hace que se vaya. 

Segundo: entender que mientras buscamos soluciones para esta condición, tenemos que usar absorbentes que estén diseñados para retener el escape de pis. Las “toallitas comunes” están pensadas para contener sangre menstrual. ¡los dos son líquidos pero no es lo mismo! no nos confundamos. Utilizar el producto correcto nos puede evitar irritación, infecciones, desbordes y mal olor. 

¿Sabías que existen absorbentes diseñados especialmente para acompañarnos mientras buscamos soluciones en esta etapa? y no, no son pañales geriátricos.

Tercero: hablar con un profesional y encontrar el tratamiento para tu caso: fisioterapia, láser, ejercicios específicos para el suelo pélvico e inclusive cambios en el estilo de vida.

Es hora de derribar todos los mitos alrededor de la menopausia, empezando por la incontinencia, buscando información, profesionales expertos en el tema y usando productos adecuados que nos acompañen en el camino.