Pero, si no parecés…

Bienvenid@s, ¿Cómo andan?

Voy a empezar con una pregunta que me viene atormentando hace mucho: ¿a qué se “parece” una menopáusica? Exactamente, ¿qué nos viene a la cabeza cuando pensamos en una persona que está pasando por esta etapa?

Yo, de la peor manera, me di cuenta de que para mí una menopáusica no representaba un tipo de persona sino una sensación. De finitud, de falta de energía, de ausencia de sueños. Nada que se pareciera a mí y, sin embargo, yo soy una menopáusica.

Puedo entender que gracias a la invisibilidad y al tabú que gira alrededor del tema, much@s de nosotr@s tengamos la misma sensación. Pero que eso también pase con los médicos y profesionales de la salud me preocupa y me asusta.

Les cuento que cuando pregunto a los médicos de diferentes especialidades (incluido mi dentista, pero esa historia es para otro artículo) en que la menopausia afecta determinado aspecto de mi salud y que la respuesta sea: ¿estás menopáusica? ¿de verdad? ¡No parecés!

Me empieza a molestar.  Y mucho.

Porque saca el foco de mi pregunta. Quiero saber de mi salud. Y terminamos banalizando el tema reduciéndolo a una cuestión estética y de percepción.

La semana pasada esa reacción llegó a un extremo que me sacó de las casillas. Resulta que fui hacerme una mamografía y me atendió una doctora. Mujer. O sea, es posible que la menopausia ya sea parte de su vida. Le comenté que estaba atravesando la perimenopausia y si eso cambiaba en algo la manera con la cual ella miraba los resultados de la mamografía. Quería saber, que se yo… Porque si bien aprendí que el principal riesgo de la menopausia son las enfermedades cardíacas y no el cáncer, “él” todavía me preocupa.

Repuesta de la doctora: no pareces menopáusica.

Insisto…Doctora, ¿qué pasa con la mamografía de una mujer menopáusica?. Respuesta: ¿usas Botox?

Ya con un poco de miedo de que me echara, vuelvo a preguntar: ¿cambia en algo el hecho de estar pasando por la menopausia la manera como se miran las mamografías? Su cara me hizo dar cuenta de que finalmente había entendido mi pregunta.

Respuesta: está todo bien con tu estudio.

Ahora que lo pienso, ella fue incapaz de usar la palabra menopausia. Incapaz de contestar mi pregunta. Incapaz de enfrentar el hecho de que yo necesitaba información para atravesar una etapa y de que el hecho de que ella se rehusase a hablarme del tema, no lo iba a hacer desaparecer…

Y lo que más me desalentó es que ella debía tener más o menos mi edad. O sea, los manuales de medicina dicen que a partir de los 45 años debemos estar atentas a los cambios que nos trae la cercanía a la perimenopausia.

Y los médic@s no logran hablar de eso!!! (perdón por los tres signos de exclamación, pero estoy gritando dentro de mi cabeza). ¿Cómo quieren que una pueda entender lo que nos pasa si ell@s no ayudan?

Empecé a hablar con mis amigas menopausicas. No somos muchas, pero hacemos bastante ruido J. Y todas tenemos historias similares. Y bueno… por cosas como esta (y sigue la lista) es que tenemos que hablar.

Visibilizarnos. Para que nos escuchen. Ya no hay vuelta.

No Pausa llegó para quedarse.

Beso a tod@s,

Miriam