PRESENTAN
¡Hola no páusicxs! ¿cómo están?
Después del fin de semana donde las novedades de que los días de aislamiento y encierro se extienden, nosotras acá intentando amigarnos con nuestros estrógenos alborotados que lejos de darnos tregua, se enloquecen día a día un poquito más. ¡Qué sensibilidad por favor!
Entre la menopausia y la pandemia, estamos viviendo todo tan a flor de piel, que hasta la misma piel nos está hablando.
Sabemos que sobre #MenopáusicasEncuarentenadas podemos estar charlando largo y tendido sobre muchísimos temas, pero hoy venimos a compartir con ustedes una preocupación puntual que – al menos a nosotras- nos llegó de la mano de la cuarentena. “Preocupación” (bueno…si es que lo podemos llamar así en este escenario general de inquietudes un poco mayores), pero sí, en realidad es parte de nuestras preocupaciones porque se trata de nuestro cuerpo. Y nuestro cuerpo también es nuestra salud. En fin, hoy queremos hablarles sobre:
RESEQUEDAD DE LA PIEL Y CUARENTENA
Empecemos rápido y en criollo:
Durante la peri y la menopausia los niveles de estrógeno disminuyen y la producción de colágeno también es más lenta. Este último – el colágeno – es el gran responsable de mantener la piel tonificada, fresca y resistente. Cuando el colágeno disminuye, nuestra piel se vuelve más delgada, seca y “menos juvenil”.
En algunos casos la sequedad de la piel puede producir prurito o picazón. De hecho, la picazón en la piel aparece entre los primeros síntomas de la perimenopausia porque la pérdida de colágeno es más rápida en una primera instancia. Para otras personas la resequedad es tal que llega a generar lastimaduras profundas (es el caso de Miriam con los talones de los pies que es historia para otra nota completa).
Y se estarán preguntando, ¿qué tiene que ver esto con la cuarentena No Pausa? Bueno, nos estamos lavando las manos un gran número de veces por día. Pero además sumemos a esto el uso de lavandina, desinfectantes, antisépticos y, sobre todo, de alcohol en gel o líquido. ¡NO HAY PIEL QUE AGUANTE CHICXS! No podemos esperar otra cosa de este combo explosivo que no sea un impacto directo en la elasticidad y el aspecto de nuestra piel (inclusive en algunos casos extremos puede resultar en dermatitis, alergias y/o lesiones más graves).
No se ustedes pero por acá estamos todos cumpliendo a
rajatabla las recomendaciones de cuidado: desde el uso de rociador con alcohol
diluido para desinfectar los productos, el alcohol en gel en distintos puntos
de la casa, los guantes de látex y el barbijo para salir a hacer las compras…
todo todo todo… y, como prioridad, el constante
lavado de manos.
Y sí, no queda otra. Es parte de la responsabilidad que tenemos de cuidarnos y cuidar a quienes nos rodean, a quienes amamos: pares, hijxs, abuelxs, vecinxs, etc. Si lo pensamos… no es una tarea tan compleja ¿no? Aunque entrando en esta cuarta etapa de aislamiento ya dejamos de prestar atención al paso a paso de cómo es un correcto lavado (se los dejamos más abajo para que lo repasen). Como todo, eso también entra en “piloto automático” aunque no debería.
Si lo pensamos… no es una tarea tan compleja ¿no? Aunque entrando en esta cuarta etapa de aislamiento ya dejamos de prestar atención al paso a paso de cómo es un correcto lavado (se los dejamos más abajo para que lo repasen). Como todo, eso también entra en “piloto automático” aunque no debería.
Como les decíamos, nuestra piel es también salud y es importante que la cuidemos como cuidamos a los nuestros.
Por eso, desde No Pausa queremos dejarles tres recomendaciones básicas para su cuidado en épocas de “lavado extremo de manos” (es súper sencillo, solo tienen que intentar incorporarlas a su rutina):
- Ponerse guantes: para el uso de productos corrosivos como puede ser la lavandina.
- Elegir bien el tipo de jabón: buscar un jabón que sepan que – además de cumplir el rol de “desinfectar” – está pensado para el cuidado de su piel. Como ya saben, desde hace tiempo que Miriam optó por el uso de Dove (en barra o líquido según la ubicación en la casa) para contrarrestar los efectos que tuvo en su dermis la caída de los estrógenos.
Recuerden pieles menopáusicas: tenemos que asegurarnos de que el producto tenga un ph neutro (hasta 7) que respete la composición de la piel y no altere la barrera hidrolíptica. Es la única forma de evitar alergias, sequedad o mal olor -clave en esta etapa de sudores contantes. Además, y no menos importante, que contribuya a la nutrición e hidratación de la piel. Por ejemplo, los jabones Dove humectan la piel al tener en su composición ¼ de crema humectante que ayuda a reponer los nutrientes naturales, estimulando el mantenimiento de la humedad de la piel, sin limpiar de más.
Entonces, lo importante es que: A. Nos lavemos las manos y B. Cuidemos mucho nuestra piel.
- Usar cremas nutritivas: tener cerquita siempre alguna crema de manos para hidratar. Nosotras pusimos la crema al lado del jabón en el baño.
Ahora sí, antes de irnos también les compartimos un paso a paso rápido de cómo nos estamos lavando las manos en el equipo de No Pausa en 40 segundos. ¡Es sencillo pero repasarlo nunca está de más!
1. Mojá tus manos
2. Aplicá jabón y lavá las manos por lo menos 20 segundos (abajo el paso a paso):
- Masajeá tus palmas con la mano contraria
- Frotá tus manos entre sí
- Lavá los dorsos
- Entre los dedos
- Los pulgares y uñas
- ¡No olvidarse de la muñeca!
- Enjuagarlas y secarlas con una toalla de un solo uso (especialmente si volvés de la calle).
3. Usá esa toalla de papel para cerrar la canilla.
4. Tirá la toalla (en sentido literal no figurado por favor :))
Ahora sí, ¡y a seguir cuidándote mucho!
Por vos y por todos.
#Lavarseparacuidarnos